Las autoridades departamentales y nacionales coinciden en valorar como muy positiva la declaración otorgada por la UNESCO a esta obra de Eladio Dieste, que conlleva en sí "un gran empujón" para el turismo y "un honor y una responsabilidad" para la cultura y la conservación patrimonial.
La reciente inclusión de la Iglesia Cristo Obrero de Estación Atlántida -obra del Ing. Eladio Dieste-, en la lista de "Patrimonio Mundial" por parte de la UNESCO, deja, para todos aquellos que impulsaron la candidatura ante el organismo de las Naciones Unidas y trabajaron durante años para lograrla, el lógico orgullo por el resultado del trabajo y la alegría de ver un sueño cumplido.
Pero esta distinción no es el final del camino. Es, más bien, el inicio de otra etapa, con responsabilidades y oportunidades.
De ahora en más, este reconocimiento, potencia enormemente algunos aspectos que ya se estaban manifestando, pero que se verán amplificados, y que tienen que ver con la cultura, la educación, el patrimonio, la arquitectura, el turismo y la religión cristiana, como templo relacionado a la fe católica.
En ese sentido, la subsecretaria de Educación y Cultura y presidenta de la Comisión Nacional de Uruguay para la Unesco, Ana Ribeiro, en declaraciones al portal de Presidencia, afirmó que la distinción implica un gran compromiso de gestión y es un orgullo para el Estado uruguayo porque la organización establece las pautas de la preservación que se espera desde el Estado, y, de no cumplirlas, el bien puede ser retirado de la lista. “Lo que viene ahora es un enorme compromiso de gestión”, enfatizó.
La subsecretaria explicó que el Estado se compromete a mantener el valor del edificio sin permitir su deterioro, y ayudar a convertirlo en un bien identitario de la colectividad.
A nivel departamental, El Platense Digital dialogó con la arquitecta Virginia Vidal, integrante de la Dirección de Patrimonio de la Intendencia de Canelones, y vinculada al proceso de la candidatura de la Iglesia ante la UNESCO, quien explicó que la gestión de todos los aspectos relacionados al inmueble y su rol como bien patrimonial estarán a cargo de un Comité Ejecutivo, compuesto por el Obispado -como propietarios del bien- y la Comisión Nacional del Patrimonio.
Esta unidad ejecutiva trabajará en coordinación con un Comité Deliberativo, integrado por el Colegio Nuestra Señora del Rosario -como propietarios de una parte del bien-, la Intendencia de Canelones, El Municipio de Atlántida, La Fundación Eladio Dieste, la Universidad de la República, la empresa constructora Dieste y Montañez (fundada por Eladio Dieste y Eugenio Montañez) y asociaciones civiles locales.
La arquitecta Vidal destacó los trabajos de coordinación en materia de planes urbanos y medidas cautelares que ya se están llevando adelante por parte de la Intendencia en la zona para cumplir con el "área de amortiguamiento", un requisito indispensable que conlleva la aprobación de la UNESCO, y que pretende preservar el lugar como "área protegida".
Desde ahora, la normativa departamental indica que toda intervención que se pretenda realizar en la zona cautelada; como construcciones, demoliciones y otros permisos que se soliciten para innovar, pasan por la revisión de distintas direcciones de la intendencia para asegurarse de que se cumpla con los requisitos del área protegida. "Se tendrá que mirar con una lupa cada proyecto de la zona", graficó Vidal.
Para finalizar, la profesional indicó que "se realizó todo el estudio detallado estructural de la iglesia, del nivel de riesgo al que está afectada. Después se trabajó con toda la parte urbana, generando para la zona un total de 21 proyectos que tienen que ver con la parte vial y la paisajística", explicó.
Asimismo, añadió que la Intendencia —con equipos de Acondicionamiento Urbano, Gestión Territorial y la Secretaría de Planificación— trabajó para esos proyectos que hoy forman parte de la normativa. "Se generó un plan de manejo, el cual incluye esos 21 proyectos que hoy son parte del compromiso del Gobierno Departamental", subrayó Vidal.